Confesiones agonizantes:


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La mejor táctica contra el delirio...

jueves, 10 de marzo de 2011

Enamorada del amor. Parte IV

Y sí, definitivamente, algo andaba mal. Un día X me volvió a hablar. Me dijo que no podía estar conmigo, y no sé porqué se me vino el mundo abajo. No es que sea una tragedia, ahora recordar eso no me causa nada, pero en su momento lloré y mi llanto fue desgarrador. Lo recuerdo y me da pena por mí misma, me veo en mi cama llorando y si hubiera sabido toda la historia de antemano y lo que pasaría después, no habría gastado una sola lágrima. Pero bueno, X y yo intercambiamos un par de palabras y no sé cómo fue que le terminé diciendo que mi opinión iba a seguir siendo la misma, que iba a seguir pensando lo que le dije antes. ¿Desesperación? No lo sé...
Me costó volver a tener el mismo trato de antes, X era mi mejor amigo, y no iba a dejar que una bobada arruinara nuestra amistad. Pasaron los días y volvió todo a la normalidad. Y después de su cumpleaños todo volvió a empezar de cero. Bueno, no, de cero no.
Otra vez lo mismo, que quería estar conmigo, la diferencia era que esta vez él traía antecedentes, malos antecedentes. Pero después de un tiempo llegué a la conclusión de que por más metidas de pata que hubiera hecho, había algo más fuerte que impulsaba a decirle que sí, por segunda vez...
Salimos juntos y hasta en mi casa ya estaban enterados de la situación, lo cual es muy importante ya que yo nunca les cuento sobre ese tipo de cosas. Yo pensaba que esa relación iba a ser re importante, pero parece que hay que pensar menos, porque igual que la otra vez, la cagó. Que no podía hacerlo, y esta vez ya no me importó más nada. Mi mente pasó a estar en "stand by" (como la tele, cuando está enchufada pero no prendida), estuve en blanco por un tiempo. Con la esperanza de que íbamos a estar juntos algún día, o de que todo iba a volver a ser como era antes. No pasó ninguna de las dos. 
Un día lo vi de lejos caminando por la calle, primero me dieron ganas de estrangularlo, después no me dieron ganas de nada, ese fue el momento en el que me di cuenta de que todo se había terminado, inclusive nuestra amistad, y la verdad: no me importó. 
Tiempo después el la cagó más y peor. Perdió amigos, hizo estupideces, hizo cosas de demente. Hoy en día no me interesa en lo más mínimo su persona, no quiero saber nada con él, pero no lo odio ni le guardo rencor, solamente indiferencia. Y seguí mi vida sola pero tranquila, hasta que un día comencé a participar de otra telenovela de bajo presupuesto... 

"Y la vida siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido. Una vez me contó un amigo común que la vio donde habita el olvido."


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