Confesiones agonizantes:


Confesiones agonizantes:

La mejor táctica contra el delirio...

viernes, 18 de febrero de 2011

"Cuando Florentino Ariza la vio por primera vez, su madre lo había descubierto desde antes que él se lo contara, porque perdió el habla y el apetito y se pasaba las noches en claro dando vueltas en la cama. Pero cuando empezó a esperar la respuesta a su primera carta, la ansiedad se le complicó con cagantinas y vómitos verdes, perdió el sentido de la orientación y sufría desmayos repentinos, y su madre se aterrorizó porque su estado no se parecía a los desórdenes del amor sino a los estragos del cólera. El padrino de Florentino Ariza, un anciano homeópata que había sido el confidente de Tránsito Ariza desde sus tiempos de amante escondida, se alarmó también a primera vista con el estado del enfermo, porque tenía el pulso tenue, la respiración arenosa y los sudores pálidos de los moribundos. Pero el examen le reveló que no tenía fiebre, ni dolor en ninguna parte, y lo único concreto que sentía era una necesidad urgente de morir. Le bastó con un interrogatorio insidioso, primero a él y después a la madre, para comprobar una vez más que los síntomas del amor son los mismos del cólera. Prescribió infusiones de flores de tilo para entretener los nervios y sugirió un cambio de aires para buscar el consuelo en la distancia, pero lo que anhelaba Florentino Ariza era todo lo contrario: gozar de su martirio."

Gabriel García Márquez


Pensaba contar toda la historia de la enamorada del amor de corrido, pero dadas las cincunstancias, no pude. Sé que para la gente "normal" va a sonar exagerado... Pero eso de sufrir por amor, y gozar de ese sufrimiento, no es sólo para los poetas del Dolce stil novo, ni los personajes de  novelas como "El amor en los tiempos del cólera". Pasa también en la vida real. Les pasa a ellos, te pasa a vos, me pasa a mí. Las emociones van más allá de lo psicológico y lo espiritual, también se reflejan en lo físico. Por ejemplo, en este momento me tiemblan las manos, tengo la boca seca y no me entra un bocado de comida. Es obvio mi diagnóstico: acabo de hablar con él.



No sé si tiene algo que ver con lo anterior, amo esa película y amo esa escena.

3 comentarios:

  1. amooo la imagen, amo esa pelicula tambien!!! la he mirado un millon de veces y no me canso de mirarla!!!

    Beso grande :)

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  2. Genial relato del mas grande. y respecto a los sentimientos, tenes razon, hay muchos "anormales" que lo sienten, y esta muy bien. Saludos!

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  3. me gusto tu blog gracias por seguirme en cuanto paso los parciales de la universidad me paso por aqui para leerte un poquito mas...
    Gracias por el comentario en el blog...
    No se que pelicula es :(.... pero en lo otro tenes razon muchas veces ese sentimiento lo aceptamos y hasta cierto punto eso te vuelve una persona que agrada del sufrimiento...... en fin besos :D

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