Confesiones agonizantes:


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La mejor táctica contra el delirio...

jueves, 24 de junio de 2010

Y sin embargo te quiero

Me lo dijeron mil veces, mas yo nunca quise poner atención. Cuando vinieron los llantos ya estabas muy dentro de mi corazón. Te esperaba hasta muy tarde, ningún reproche te hacía; lo más que te preguntaba era que si me querías. Y, bajo tus besos, en la madrugá, sin que tú notaras la cruz de mi angustia solía cantar: Te quiero más que a mis ojos, te quiero más que a mi vida, más que al aire que respiro y más que a la madre mía. Que se me paren los pulsos si te dejo de querer, que las campanas me doblen si te falto alguna vez. Eres mi vida y mi muerte, te lo juro, compañero; no debía de quererte, no debía de quererte y sin embargo te quiero.

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